Casa Amadeo Los Caracoles O La Taberna Castiza De El Rastro



Si vas a Madrid de visita, seguro que aprovechas el domingo para ir a hacer una visita al Rastro. Es un Patrimonio Cultural de Madrid y sus orígenes se remontan al siglo XIX.

El nombre procede del "rastro" que dejaba la sangre de las reses muertas en esas calles en cuesta abajo, pues había dos mataderos cercanos.


El Rastro tiene un punto neurálgico que es la Plaza de Cascorro y en el número 18 se encuentra esta taberna  con solera, fundada en 1942, que lleva la familia de Amadeo y en la que la especialidad son estos gasterópodos.


A mucha gente les resultan asquerosos y no puede ser que algo que ya comían los romanos pueda resultar repugnante. 

Realmente se comen en toda España (y en francia son riquísimos a la burguiñona!!), pero en este lugar preparan una receta de casi un siglo de antigüedad de su familia burgalesa.

Como podéis ver se sirven en maxi-cazuela de barro, como un guisote tradicional, con dos rodajas de chorizo y algo de condumio de cerdo. La salsita, un poco líquida para mi gusto, está picantilla de la guindilla pero se deja comer con agrado y es de toma pan y moja. El tamaño de los bichos es generoso y por lo menos entran más que en París, que te ponen recipientes especiales para "escargots" con 12 agujeritos.

El precio: 10 euros la ración (de 1/2 Kg) y 7 la media ración. Quizás el precio esté un poco abultado, pero la ración es contundente.

También sirven zarajos o tripas de cordero fritas. Yo nunca he podido comerlos, pues su olor me resulta muy desagradable (algún día caerán, seguro)


El local es un transporte a los años 60 del pasado siglo: azulejos y barra de zinc sin concesiones a la modernidad o el postureo. 

Si vas en domingo prepárate para la avalancha de almas que encontrarás. Avanzar por su angosto pasillo es una labor de trinchera semejante al avance de los protagonistas del local...  Pero la visita merece la pena, en Madrid es un ritual comer caracoles,  como comer cocido o callos.

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